Viaje a Argentina (parte 1)
Comenzar a narrar un viaje no es una tarea sencilla, al menos para quien no lo hace habitualmente, y se ha dedicado durante casi dos años a planificarlo. ¿Que si es necesario planificarlo durante dos años? No, claro que no, p ero el nuestro fue un viaje atípico, lleno de ilusión, desilusión, problemas, cancelaciones, etc....
La decisión de viajar a Argentina no partía de la idea de conocer un país diferente, sino de una necesidad personal, tanto de mi pareja, (natural de Buenos Aires) de ver a la familia y para mi, de conocerles y, por mi situación personal, una gente y una cultura muy cercanos.
La odisea comenzó en Diciembre del 2009. Después de dos años de intentar ahorrar y de que Sole renunciara a viajar para poder ir los dos, en Octubre del citado año, conseguimos dos billetes para irnos a Buenos Aires durante quince dias. Los compramos en la agencia online Edreams, a la compañía Air Comet, del grupo Marsans, y llenos de ilusión planificamos lo que haríamos allí durante el siguiente mes de Marzo. Todo pintaba bien, y hasta nos jactábamos de haber conseguido un buen precio en los billetes (700 euros cada uno).
Lo bueno comenzó a empañarse solo unas semanas después Las noticias hablaban de problemas en las empresas de Diaz Ferran, y de su posible quiebra, pero decidimos tener esperanza y confiar en ...la "seriedad" de las ¿autoridades y las empresas?. Nuestros peores temores se confirmaron en las ultimas semanas de Diciembre, cuando definitivamente quebró Air Comet, dejando varios aeropuertos con multitud de gente sin posibilidad de viajar en plenas navidades. En cuanto a nosotros, un e-mail de Edreams nos confirmaba el cierre y nos invitaban amablemente a adquirir billetes en otra compañía si queríamos volar. Claro...recién perdidos 1400 euros, no podíamos comprar otros y afrontar los gastos de estancia, con lo cual, la única opción que nos quedaba era posponerlo. Ahí comenzó todo un periplo de reclamaciones a todos los que podían ser reclamados, desde Fomento hasta Air Comet, pensando en consumo y en plataformas de denuncia que se crearon a raíz del incidente. Hasta la ultima opción que me dio un cliente: reclamar a Visa, ya que el viaje había sido pagado con una tarjeta de esa entidad. Desesperación total fue lo siguiente: Fomento de desentendía del tema, Air Comet, también y nuestra esperanza de devolucion del dinero de esfumaba al mismo tiempo,ya que según el banco, el pago había sido con tarjeta de débito y las posibilidades de reembolso eran reducidas.
Por fin en Marzo, sin aviso, el seguro de Visa nos reembolsaba el dinero que faltaba (las tasas ya nos las habían devuelto), y compramos otros vuelos para octubre, esta vez por 20 días. Pero esto no iba a acabar ahí Mi padre se vio afectado por una Artritis infecciosa,y tuvo que ser hospitalizado unas semanas antes de partir, obligándonos a cancelar de nuevo el viaje en el ultimo momento,cuando habia gente en argentina que se había desplazado mas de 700 km para ir a vernos y todo estaba dispuesto para recibirnos. Parecía que la suerte no estaba de nuestro lado.
Después de un triste invierno de resignación decidimos viajar en Febrero, esta vez por 28 días con la sensación en el cuerpo de que otra vez algo saldría mal y sin mucha ilusión, parecía que hasta que tuviéramos los pies en Buenos Aires no nos lo íbamos a creer.
Pero esta vez si salio bien, y viajamos, pero esto lo dejaremos para la parte dos (si me cabe).
La decisión de viajar a Argentina no partía de la idea de conocer un país diferente, sino de una necesidad personal, tanto de mi pareja, (natural de Buenos Aires) de ver a la familia y para mi, de conocerles y, por mi situación personal, una gente y una cultura muy cercanos.
La odisea comenzó en Diciembre del 2009. Después de dos años de intentar ahorrar y de que Sole renunciara a viajar para poder ir los dos, en Octubre del citado año, conseguimos dos billetes para irnos a Buenos Aires durante quince dias. Los compramos en la agencia online Edreams, a la compañía Air Comet, del grupo Marsans, y llenos de ilusión planificamos lo que haríamos allí durante el siguiente mes de Marzo. Todo pintaba bien, y hasta nos jactábamos de haber conseguido un buen precio en los billetes (700 euros cada uno).
Lo bueno comenzó a empañarse solo unas semanas después Las noticias hablaban de problemas en las empresas de Diaz Ferran, y de su posible quiebra, pero decidimos tener esperanza y confiar en ...la "seriedad" de las ¿autoridades y las empresas?. Nuestros peores temores se confirmaron en las ultimas semanas de Diciembre, cuando definitivamente quebró Air Comet, dejando varios aeropuertos con multitud de gente sin posibilidad de viajar en plenas navidades. En cuanto a nosotros, un e-mail de Edreams nos confirmaba el cierre y nos invitaban amablemente a adquirir billetes en otra compañía si queríamos volar. Claro...recién perdidos 1400 euros, no podíamos comprar otros y afrontar los gastos de estancia, con lo cual, la única opción que nos quedaba era posponerlo. Ahí comenzó todo un periplo de reclamaciones a todos los que podían ser reclamados, desde Fomento hasta Air Comet, pensando en consumo y en plataformas de denuncia que se crearon a raíz del incidente. Hasta la ultima opción que me dio un cliente: reclamar a Visa, ya que el viaje había sido pagado con una tarjeta de esa entidad. Desesperación total fue lo siguiente: Fomento de desentendía del tema, Air Comet, también y nuestra esperanza de devolucion del dinero de esfumaba al mismo tiempo,ya que según el banco, el pago había sido con tarjeta de débito y las posibilidades de reembolso eran reducidas.
Por fin en Marzo, sin aviso, el seguro de Visa nos reembolsaba el dinero que faltaba (las tasas ya nos las habían devuelto), y compramos otros vuelos para octubre, esta vez por 20 días. Pero esto no iba a acabar ahí Mi padre se vio afectado por una Artritis infecciosa,y tuvo que ser hospitalizado unas semanas antes de partir, obligándonos a cancelar de nuevo el viaje en el ultimo momento,cuando habia gente en argentina que se había desplazado mas de 700 km para ir a vernos y todo estaba dispuesto para recibirnos. Parecía que la suerte no estaba de nuestro lado.
Después de un triste invierno de resignación decidimos viajar en Febrero, esta vez por 28 días con la sensación en el cuerpo de que otra vez algo saldría mal y sin mucha ilusión, parecía que hasta que tuviéramos los pies en Buenos Aires no nos lo íbamos a creer.
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