Honda XR 400

     A lo largo de todos estos años, en innumerables conversaciones sobre motos, he sido testigo de las vivencias de algunos aficionados al enduro, pero probablemente por mis primeras experiencias hace muchos años con este tipo de motos no me interesaban mas que por sus detalles técnicos o sus "aventuras" en lugares imposibles.

        Lo cierto es que en mi recuerdo estaba siempre la Rieju MR 80 de Manolo, aquella moto que su dueño había equipado con cilindro de competición, escape de competición, carburador de competición y carácter de competición.....y que había que llevar como una moto de competición. No tenia bajos, se apagaba,t iraba todo en una franja muy corta de vueltas y era difícil de arrancar, teniendo tendencia a ahogarse (espero que no me lea.....).
        Para un tipo como yo, que en esa época montaba en un scooter y no tenia mucha experiencia con motos de marchas, era un autentico infierno. Me encantaba su sonido y su estética  pero cada vez que me subía a ella solo era para provocar las carcajadas de los otros chicos, muchas veces no conseguía ni arrancar.
        Con el paso de los años, las marchas no supusieron mayor inconveniente, es mas, no me imagino en una moto automática, y el carácter de un motor, tampoco, eso si, siempre que "funcione". Mi siguiente experiencia fue con una Montesa 360, cuyo motor si funcionaba bien, pero no todo lo demás.... así que mi experiencia tampoco fue muy grata.

        Pero hace unos meses un amigo se compro una moto, usada, del 2000-2003, mas o menos. Una XR 400. La idea era tener algo mas progresivo que su anterior CR 250, con mas bajos y menos mantenimiento. Después de su pertinente puesta a punto, se pasó a verme el otro día y me propuso probarla, a lo que accedí gustosamente.
        El lugar de pruebas era un campo que rodea mi casa, con unas subidas fáciles y cubierto de hierba. De vez en cuando meto aquí mi Transalp con intención de derrapar un poco sin demasiado peligro. Ese día partes del terreno estaban ligeramente encharcadas, así que tenia un poco de todo a mi medida.
       Nada mas montarme, la note pequeña, ligera y estrecha, no se si para los estándares de una enduro, pero si, comparada con mi Transalp. El primer arranque no fue muy complicado, seguí las instrucciones de Ramón y Pum, pum, pum, purrum, el monocilindrico comenzó a funcionar. Me sentí muy grande encima de la moto y las velocidades demasiado cortas, pero me gusta la postura, el tacto del motor, embrague y cambio, y a pesar de ser mi primera vez con ruedas de tacos, me animo a la zona mas húmeda, con la agradable sorpresa de su tracción y estabilidad total, llegó mi primera calada. Así, en medio del charco también llego mi primer punto de vista negativo sobre la moto.........no arrancaba después de mas de diez intentos siendo riguroso con las recomendaciones de su propietario. Eso hasta que el se acerco con intención de ayudarme, en ese momento arrancò, por poco rato, pero arrancó...... Después todo fue mas rodado, me resultaba mas fácil y me metí por sitios que no imaginaba que se pudiera ir en moto, fáciles para cualquier aficionado, pero un descubrimiento para mi.
        Le devolví la moto a Ramón con ganas de mas,pero se echaba la noche y debía volver al trabajo, eso si, con una sonrisa de oreja a oreja que duro un buen rato...
       Supongo que lo del arranque a patada tiene su sentido en el campo, se ahorra peso y complejidad mecánica  pero hay que pillarle el "tranquillo" y cuando ya estas cansado de endurear, debe ser odioso. 
        

        Una moto que "mola".

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