Simone.

Simone revolotea de vez en cuando por mi cabeza.
 Cuando me enteré de la noticia de su muerte estuve días pensando en que razones pudieron llevar a aquella mujer tan bella y talentosa a quitarse la vida. Había tantas cosas interesantes en su vida que me parecía increíble que el motor de todo ello se hubiera quedado sin combustible, que hubiera decidido apagarse.


Simone es o podría ser cualquiera, tu, yo, ese o esas que caminan por ahí, tu hijo al que llevas de la mano o la madre que te trajo al mundo. Todos, en un momento dado, podemos decidir terminar la partida, por las razones más insospechadas y más variopintas, pero igual de irrelevantes...

Hoy me atreví a reflexionar sobre algo común, complejo, oculto, con un toque de vergüenza, de intrusismo, pero actual y curioso, una de las cuestiones más enigmáticas de nuestra sociedad.

Porque los que estamos mirando la vida, los que seguimos en el juego, no vemos lo que Simone vio, y jamás lo comprenderemos. En el fondo, muy en el fondo la juzgaremos, lo haremos desde nuestras carencias, porque la hemos visto  bella y ha sido una desagradecida, nosotros no somos tan bellos, porque la hemos juzgado talentosa y no ha luchado por su talento...por ese que es posible que nosotros no tengamos... "Por que yo, si fuera ella...". 

Continúo imaginando como fue para su familia el duro golpe de la noticia, los largos días venideros, el dolor y la presencia permanente de la sensación viva de que debieron hacer algo que no hicieron, de que fallaron en las partes, cada uno en las suyas, del camino junto a ella: lo que no dijeron, lo que no hicieron...la culpa.

E imagino también que no importa. 

Que el derecho de alguien a quitarse la vida es suyo, plenamente suyo. El dolor es de los demás, pero este debe mitigarse y la culpa, llamada aqui responsabilidad es de ella, era su vida, dueña de ella como de su tiempo, de sus talentos, de su belleza. 
Tenemos derecho solo a la luz de Simone? O podemos con toda ella, en toda su dureza y totalidad? En lo bueno, en lo malo, su decisión es dolorosa, sin duda, pero tenemos derecho o nos corresponde algo más?

Me levanto y pienso en Simone...de vez en cuando pienso en ella y en muchas otras personas que se han quedado por iniciativa propia en el camino, pienso que no sé juzgarlos, no soy imparcial...solo los veo desde mi mismo, desde mis carencias, desde mis estructuras mentales, desde mi soledad.

 Algunos tenían cosas que yo deseaba y la sensación de incomprensión es mayor, algunos no tenían nada aparentemente interesante para mí y pasan como una página más del diario.

Siento que muchos ya estaban lejos de la vida cuando deciden terminarla, que ya su mente no encontraba refugio en nada en esta realidad, que los pensamientos ya habían nublado cualquier luz para ellos y que ninguna palabra, ningún acto les haría cambiar de idea.

Pienso en el dolor y la impotencia, lo difícil que debe ser dejar ir, la única opción, por otra parte, en lo gris que se vuelve la vida cuando pierdes a un ser querido, en lo gris que es cuando tu mente se aferra a el, en los que te pierden a ti por haberte perdido en el sufrimiento, en las largas batallas por lo que queda, a veces tanto y otras nada...no queda nada, más que recuerdos, capas de memoria que reflotamos una y otra vez, palabras pronunciadas en un momento que ya no existe, legados que perdieron sentido, marionetas que solo se mueven porque actuamos como un reflector de aquella luz que se extinguió, por iniciativa propia y que por esa misma iniciativa mantenemos vivos retrayendonos al pasado, llevando nuestra mente fuera del aqui y ahora, donde está nuestra vida, donde viven  nuestras responsabilidades, llevándose nuestra alegría, llevándose nuestra realidad para no dejar ir a quién ha decidido irse, para meternos en la vida de otro.

Nunca te conocí, pero todos somos Simone, algunos hemos llegado, visto y seguimos, otros llegaron, vieron y se quedaron. Mis respetos.


Comentarios

Entradas populares