Los dias grises

Existen, a veces podemos intuir de donde vienen, casi siempre podemos vislumbrar a donde van.

En ocasiones vienen precedidos de una noche en la que el sueño fue escaso, de mala calidad, de un dia especialmente inquieto, de problemas con alguien o del simple recuerdo de algo que creemos enterrado en lo mas hondo, o directamente ya desaparecido.

No todos los dias grises son iguales, algunos destacan porque todo sale mal, no estamos centrados y las cosas se caen, chocamos, olvidamos partes de las rutinas diarias y una desagradable mezcla de nerviosismo, con un toque de desesperación comienza a adueñarse de nuestro cuerpo. Al final del dia es fácil que hayamos explotado, que algún inocente se haya llevado los frutos de nuestro dia gris.

Los dias grises ocurren, y no existe una receta que yo sepa para que no vengan a nuestras vidas. Desconozco si existe alguna herramienta para prevenirlos, si es así, no dudes en comentar.
Pero lo que si podemos manejar es lo que hacemos si estamos en un día de esos:

1. Reconocelos: No hay nada de malo en que te atormente un recuerdo de hace 20 años y que no tiene sentido en tu vida hoy, pero con el que has despertado y que sigues desgranando durante todo el día. No es agradable pero ha ido de nuestro inconsciente tehacia nuestra mente por alguna razón, es posible que para enseñarnos algo.

2. Reconocete: No has dormido bien, no se trata solo de mucho o poco, sino de que has tenido "la lavadora" a tope de rpm durante la noche, asi que ni tu mete ni tu cuerpo están listos para la batalla del dia siguiente, hoy mejor "slowly" con todo lo que puedas.

3. Despacito: No tomar decisiones importantes en la medida de lo posible debería ser la teroia de hoy, es posible que lo hagas de manera precipitada y poco juiciosa, dominado por cualquier cantidad de cosas menos por el sentido común.

4. Haz algo de ejericio, o un trabajo físico. Esto va a hacer que tu mente se centre en cosas importantes en el presente, que no te hagas daño e invocará al infalible rey de las endorfinas, que te bendicirá con una sensación de que ya has hecho algo que ha valido la pena.

Y es que en esencia, de nuevo nos enfrentamos al mismo proceder de siempre. Es posible que recuerdos o vivencias, cercanas o lejanas en el tiempo nos provoquen emociones que serán capaces de llegar a nuestro físico por mediación de nuestros quimicos corporales, situación que a través de conciencia, práctica y tiempo, podemos hacer que funcione en sentido opuesto: Una idea o pensamiento agradable pudiera generar quimicos en nuestro cuerpo para que 
tuvieramos "dias buenos" por propia decisión.

 No me mires a mi, pero fíjate en los lamas y monjes budistas...

Aunque es muy cierto que la vida sigue y no se va detener por tu mal día, es saludable concederse un poco de "mimo", en la dosis adecuada, no tanto como para quedarte en casa inmovilizado en el sofá tras una retalía de series pero si en la dosis suficiente para no caer en mas juicio hacia ti mismo del que ya está sucediendo. Es tan importante como reconocer que tienes un mal día el hecho de que mañana será mejor, o al menos diferente.

Es posible que ya seas una persona con cierta "maestría" en estas lindes, y en estas ocasiones creo que un mal día arroja sobre nosotros cuestiones de calado profundo que podemos aprovechar para refrescar, evaluar, meditar y traer a la serenidad del momento presente.
Son los momentos perfectos para avnzar en el crecimiento interior, para observar a nuestra mente en el camino de la dificultad y de maravillarse de la cantidad de matices que es capaz de generar y de como pueden afectar a nuestras vidas, al mundo de la realidad.

Un mal dia entonces puede dejar de ser calificado como malo e incluso ser agradecidos por esos mecanismos que ocurren y que están lejos de nuestra comprensión, aunque presentes en la realidad cotidiana. 

Un mal dia necesario entonces, una oportuniad para los sabios, un atajo en el camino.



Comentarios

Entradas populares