Narciso, baja, que sube Budy!

Hoy es sábado. Uno de esos en los que el trabajo te da un respiro y te dice " deja para mañana lo que debes hacer hoy" . Los primeros rayos de sol de la mañana se cuelan en la habitación sin pedir permiso y me susurran que ha llegado el momento de ponerse en pie. Sobre mi brazo derecho reposan dormidas mi hija y mi mujer, asi que con el izquierdo tanteo la mesilla de noche para buscar el móvil.
Facebook me anuncia las cosas que son importantes para mi, y entre ellas la publicación de un amigo de dicha plataforma destaca sobre las demás recomendaciones de la campanita: un buen tocho, bien escrito, bien estructurado, bien argumentado y al menos sobre el papel, sincero, en el que narra su periplo durante los últimos  años y su lucha contra unas dificultades que, aunque no son contadas en su historia, parecieron haberle causado muchos contratiempos y desavenencias a lo largo de este tiempo. 
Remataba este resumen erigiéndose como un ser de luz, forjado entre los fuegos de la vida y capaz de casi cualquier cosa, victorioso y versado, fuerte y decidido, seguro y efectivo.


Con los ojos todavía pegados releí la historia otra vez, tratando de ver algo en ella de lo que el autor trataba de dar a sus lectores, una historia de referencia para que los demás podamos recibir ayuda, una motivación quizás. 
Pero no...por alguna razón, el fondo de aquella historia se veía demasiado lejos de las palabras que la narraban.

No contesté a su publicación, ni lo haré, no quiero ser el agente tóxico de esta película. Pero su periplo es el de un heroe al que los narradores han escrito su epopeya, un ser ensalzado por la fantasía de los sueños, quizás los suyos propios o los de muchos antes que el, que se muestra como luz siendo un hombre, capaz, como el mismo dice, de caer. 
Pero en su narración parece haberse olvidado de que caer y levantarse es una constante, se repite, no  ha terminado y el parece empeñado en decirle al mundo que lo ha conseguido, que el éxito es como una meta a la que llegas o un lugar en el que te instalas.

Mientras reflexiono estas palabras miro a mi familia, todavía están dormidas, un par de bellezas que están provocando que mi brazo se entumezca y deba apartarlo...dolor fluyendo entre el amor, como la vida misma.

Hago memoria de los éxitos que he tenido en mi vida y de cómo me siento por ellos, también de lo que han durado, de los retos que vinieron después y de los que vendrán mientras lo muevo despacito para no despertarlas.
Así es la vida, ciclos, movimientos y un foco al que dirigirse, con dolor, renuncias, cansancio, placer, amor, felicidad... objetivos cumplidos y otros nuevos en el horizonte y el éxito, el propio, llenando esos objetivos y desvaneciéndose para buscar otros, crecimiento hacia adentro antes que hacia afuera y no al revés mientras te vas dando cuenta de que han pasado los años, de que las sonrisas y el amor de la gente que te rodea son el verdadero éxito en la vida y no el Rolex que llevas en la muñeca. Aunque, como no, yo también quiero uno.

Suerte, te deseo lo mejor. Desde la humildad, los hombres hallan sus propias palabras, desde la vanidad se apropian de las de los demás y las hacen suyas.
.

Comentarios

Entradas populares