Embarrada navideña.

9.00, buena hora para despertarse en este sábado de vacaciones. Con la pereza en forma repartida entre el agua y la toalla me dispongo al plan más emocionante que las predicciones meteorológicas de Google me van a permitir estás navidades: dar una vuelta con la Drz, estrenar el nuevo manillar, la Pirelli rally Cross trasera y el nuevo soporte para móvil que le he puesto y con el que flamantemente iba a grabar mi primer track, aparte de seguir el de otro compañero que me serviría de guia.

Casi dos horas después, Budy está encima de la moto, sin explicarse muy bien como ha pasado tanto tiempo entre que se levantó y tal...  Pero bueno, ahí vamos, siguiendo la ruta que mi flamante móvil en su flamante soporte, empalmando marchas por la nacional rumbo a los montes, hogar de las Drz, sintiendo el aire fresco en la cara en uno de los pocos días absolutamente despejados y saboreando el tacto de la rueda y el manillar. Todo bien, casi perfecto si no fuera porque la batería del móvil baja a una velocidad asombrosa...así que lección número 1: cargador para rutas de mas de cuatro horas.
Cómo era la primera vez, empezar la ruta por el final no lo consideraremos como error, además, no me perdí lo emocionante, es más, agregué valor a la ruta que "pretendía" seguir.
Veréis, uno de los talentos que he heredado de mi padre es el de poner un destino en el GPS y luego ir a mi bola, un gran superpoder, no dejéis de probarlo... Pues esta vez un camino ancho y en buen estado se me insinuó por el rabillo del ojo, a la derecha de la carretera. Me metí en el primer tramo de lo que sería una mañana interesante, un tramo ancho, con la tierra bien compactada, corto pero con un puente de piedra y un vadeo, por si te sientes motivado. "Que suerte", - me dije. Crucé el río por el puente y una vez al otro lado pensé en volver atrás, pero la senda parecía interesante y continué, de ahí a una carretera, otro vadeo que me pareció ver en un video de un colega y ... Ostras! Un embalse! Mientras lo observo, otro camino se insinúa a mi izquierda, y parece prometerme como destino el embalse, " Cojonudo, voy a ver si hay ranas  y eso". Enfilo el camino vanagloriandome de las decisiones tomadas a lo largo de la mañana: sitios interesantes, caminos hechos a medida...perfecto!
La bajada es fácil y salvo algunas zonas donde el agua ha excavado las roderas, sin complicaciones. Una vez abajo el camino prosigue en peor estado, pero todavía asequible para mí, así que sigo, esperando que la decisión de dejar el embalse atrás haya valido la pena. Parece haber sido usado por tractores de gran tamaño para la extracción de madera, la pendiente es cada vez más pronunciada y en las partes más llanas los charcos parecen hechos para lavarle los bajos a la moto, pero aún así, todo marcha moderadamente bien gracias a la rueda nueva, a mi manillar nuevo y también a mi soporte para móvil nuevo.

En un abrir y cerrar de ojos me encuentro en una encrucijada: camino a la derecha en bajada o seguir subiendo. Cómo las decisiones hasta ahora han salido bien, " que podría fallar!" . Nada más dudar, supongo que por dejar de dar gas un instante, la moto se apagó en el mismo cruce, tomándome por sorpresa y anotando en el marcador la primera caída de la tarde.
Aquí dejo por escrito  mi más sincera admiración a los que vais por el mundo en maxitrail y maletas...sois seres superiores. Trato de levantar la moto con esas técnicas que se ven en los vídeos de YouTube en las que hasta un abuelo levanta una Gs, pero no he debido de fijarme bien...cada vez que lo intento o una piedra o una rama o el barro o yo que sé me sabotean el asunto, así que termino tirando cómo puedo, técnica que si he puesto en práctica y que funciona en el momento, aunque deje ciertas molestias lumbares a medio plazo.
Arrancamos, y ya me pregunto si la decisión de subir fue la adecuada. Más barro, más ramas, más charcos y roderas cada vez más profundas me hacen trabajar para poder continuar, quedarme trabado comienza a parecer algo normal cada 10 metros, pero voy salvando la situación hasta una curva en subida en la que la rueda trasera se topó con la roca desnuda que el agua dejó más limpia de lo deseado, haciéndome descabalgar por segunda vez y obligándome a pasar el obstáculo bajándome de la moto ( no sé si la organización me sancionará por eso...).

No sé si os pasa a vosotros, pero se me metió la estúpida fijación de que volver sobre mis pasos no era una opción, así que solo quedaba seguir. Eso sí, en un descanso llamé a casa para decirles que no llegaría para comer...pensando que me daba tiempo.
 Lo que viene después en distancia son sobre unos 300 metros, los más difíciles sobre una moto que tenga recuerdo, hundido en el barro avanzar se hace complicado, cansado y dolorido, solo pienso en que alguien me diga como salir de allí...y ostras! Se ven unos generadores eólicos a unos 100 metros, despues de una corta pero bastante pronunciada cuesta arriba.  Fue como ver la luz al final del túnel, y no ponderar adecuadamente la inclinación del mismo...ni a la mitad de la subida volví al suelo, ésta vez como es debido, deslizándome con la moto hacia abajo y quedándome una pierna bajo esta.

Al incorporarme todo en orden...menos ese maravilloso soporte de móvil, que voló por los aires y se hizo añicos: tiempo de vida sobre la moto, unas tres horas.
Llame a amigos, conocidos, familia y demás. Les dije que definitivamente no llegaría para comer...
Después de unos 10 minutos de meditación profunda, tomé aire e intenté levantar la moto, que de repente había ganado peso como por arte de magia, a mi, por otra parte me temblaban hasta las pantorrillas, no sé si no estaría relacionado...
Al fin, una vez levantada la moto, decido por primera vez en todo el trayecto volver sobre mis pasos, decisión que no me terminaba de encajar, pero que por otra parte fue la mejor que pude tomar. Lección 2: si tienes que volver, vuelves. 

Sólo unos 100 metros más abajo en un cruce con muy mala pinta, me meto a la izquierda, estaba feo, pero que se reveló como la vía hacia la pista de los eólicos, a la que llegué con uno de esos bailes que hace mi hija de un año y medio. Baile, grito de alivio y pistaaaa. Hacia que lado? No se, pero pistaaaa!!!!

Si te has leído este tocho, bueno, la aventura lo fue para mí, cuarentón sin experiencia en "off Road" que desenfrenado y desentrenado se salta el rollo trail para pasarse al enduro, supongo que para cualquier veinteañero experimentado no hubiera sido nada... De todas maneras no creo que lo mas inteligente sea lo que yo he hecho, es mejor ir acompañado o no meterse en fregados de este tipo uno solo. Si quieres ver el recorrido está en Wikiloc, pero no consigo compartir el enlace, así que puedes buscarlo en las rutas de budyguau. Nos vemos en la próxima!

Comentarios

  1. Buen articulo. Reflejas el espíritu del Off-road.
    Ahí no te queda más opción, o mandar al carajo la moto y disfruta la rodo el día. Son sentimientos contrarios.

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    1. La verdad es que fue una experiencia gratificante, me sentí como un niño por unas horas...

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