Honda VTR 1000 Firestorm.

Tener amigos esta bien. Bueno, supongo que en la mayoría de los casos... Pero el objetivo de la entrada no es hablar de la amistad... En el mio, tener uno que cambia de moto cada dos por tres, es una oportunidad única para probar cacharros de todo tipo.
   En esta ocasión, la que se le ha metido en la cabeza es la Honda VTR 1000 f. Mi amigo es el mismo que pilotaba una CBR 600 RR y se fue al suelo delante de mi hace algo menos de un año. Convencido el de que necesitaba una moto menos radical y habiendo destrozado su CBR, fue dando tumbos hasta este modelo, una moto con ciertas virtudes y particularidades, que en nuestro país no se vendió bien, pero que cuenta con la calidad y el buen resultado que suele imprimir Honda en sus motos.

    Lo cierto es que esta es una de esas motos que siempre me han llamado la atención. Estéticamente me parece bonita, los años no la han sentado nada mal. Su colín y sus dos salidas de escape no son el estándar de hoy en día, aunque a mi me gustan mucho y le  dan un toque " café - racer ". Su parte delantera te dice claramente " soy Honda " y salvo la salida de escape del cilindro inferior y su pequeña y extraña quilla, sus formas me resultan de lo mas atractivas.
     Las cifras de potencia y peso la dejan bien colocada, 110 cv y unos 195 kg. Sus amortiguaciones son sencillas si las comparamos con una sport actual, cuando miras la tija y su horquilla convencional te das cuenta de que se ha buscado un comportamiento mas humano, su chasis diseñado para usar el motor como una parte del mismo le daban un toque de lo que las revistas denominaban como " flexión controlada ". Vamos, han querido hacer una " f ", no es una moto racing pura, si no una sport  desde la mesa de diseño. Para actitudes mas radicales, Honda vendía la VTR 1000 R, esta si, equipada con toda la artillería de la época.

     Cada vez que me monto en una moto de carretera me doy cuenta de por que tengo una trail. Sinceramente, no me gusta como van, no me gusta la velocidad y estoy cada vez mas acostumbrado a mi Transalp, pero esta moto, como digo, siempre me causó cierta atracción. Así que con estas, me fui a dar una vuelta en ella.
      La zona es virada, con curvas de buen asfalto y algún tramo recto entre ellas donde estirar un poco el motor, pero el dìa se ha oscurecido y comienza a chispear. Salgo de la terraza donde nos encontrábamos y me dejo llevar por las empinadas calles de O Barqueiro en dirección a Loiba. La posición a sus mandos es cómoda, los estribos no quedan muy altos, pero la verdad, me esperaba un manillar mas alto. Peleándome con mis costumbres trail, salí a carretera abierta. El motor es probablemente el mejor que he probado, sus medios son magníficos, es utilizable y prestacional, un placer dar gas a 3.000 rpm y sentir ese empujón que te lleva junto con su ronco bramido hasta  la siguiente curva. Una gozada, potencia a raudales en toda la gama y elasticidad, un pedazo de motor, perfecto para mi Transalp... Lo demás, poco he podido probar, la lluvia y el recuerdo de que iba en uno de los bicilindricos  con más par del mercado, cortaron mis pocas ganas de dar caña. Unos frenos dosificables y en mi opinión, una cierta reticencia a entrar en las curvas fueron las sensaciones que me dejó.
    En otro orden de cosas, su dueño no esta muy satisfecho con su autonomía, tampoco con su consumo y achacaba el comportamiento raro en curvas a la rueda delantera, pero espero que esta sea su moto definitiva y se amolde a ella, pues na veo una sport sensata para carretera y bonita, además de que así, puedo de vez en cuando, darme una vueltecilla y disfrutar de este motor. Es una de esas motos que a pesar de que se que no se adaptan a mi estilo, hacen que me quede mirándola. Además...como no se ha vendido mucho, no es la  mas indicada para circuito y su autonomía no es la mejor ( sobre todo las primeras versiones ), tienes una moto " exclusiva " por poco dinero.