El caballero verde.

Tenía ganas de verla, esta no es una crítica a la película, es una reflexión en la que mencionaré partes explícitas de la trama, así que si quieres verla, no sigas leyendo!!!

La historia cuenta como el protagonista acepta un reto presentado por un misterioso caballero verde, irrumpiendo en una fiesta o reunión de los Reyes y sus caballeros. No se menciona explícitamente, pero parece que el rey es un sabio y añado  Arturo, y lo representado la mesa redonda, siendo su sobrino Gawain quien acepta el reto para, en un arranque de valor, acumular o conseguir alguna azaña en su haber que le posicione con honor para poder ser caballero en un futuro próximo.

Aquí comienza mi lectura de lo que se presenta: a mi modo de ver, el joven Gawain es un fiel reflejo de muchos de nosotros en algún momento de la juventud o mediana edad, tiempos en los que los referentes familiares, representados aquí por los reyes, los referentes sociales ( los caballeros) y la necesidad de encajar en un momento de nuestras vidas en el que el desorden predomina ( Gawain se despierta en lo que parece un prostíbulo, bebe, etc) le llevan a aceptar un reto que impresione a sus acompañantes, proveerse de esa gesta para justificar su deseo de ser nombrado caballero, asentando un golpe a su oponente que le rebana la cabeza. 

Un golpe que podría haber sido así, o simplemente una bofetada, pero que la presión propia y la del entorno convirtió en decapitación, en su destino, ahora sí, difícil de modificar.

El reto presentado por el caballero verde consistía en que Gawain asestaria un golpe, y este le sería devuelto un año después, el mismo día de Navidad, y poco podía imaginar el protagonista que el caballero verde recogería su cabeza y se marcharía tan pancho para, dentro de un año, darle el mismo destino a él, con lo que su vida, a pesar de ser reconocido y  recompensado por su hazaña, ya no es tan parecida a la que llevaba, sumido en pensamientos y reflexiones, asumiendo que ha tomado un camino que no tendrá marcha atrás.

Y es aquí donde encuentro otra de esas enseñanzas o similitudes con la vida, en las que se asumen responsabilidades, grandes actos, o gestas, que ya no tienen vuelta atrás, giros y decisiones que nos llevan a lugares y con personas que no estaban en el plan, que, como le ocurre a Gawain con los chicos que le roban, con el zorro o con el espíritu, representan esas realidades paralelas a las que puedes irte y abandonar la senda que te has impuesto.

 Gawain sigue, sabiendo cual es su destino, amarrado quizás a la zona de confort representada por el amuleto que le da su madre para protegerle y que vuelve a el después de haberse perdido en una de sus aventuras.

Una vez se libera del amuleto, aquel que le mantenía seguro y amarrado a su pasado, su destino se hace real y es libre, consciente y auténtico, asume su responsabilidad y su compromiso con el caballero verde.

Todos llevamos un Gawain dentro, compartimos su camino, queremos contentar a nuestros padres, esposas, hijos, referentes, a veces tomando vías que nos harán infelices por haber renunciado a quién somos, a lo que queremos para contentar a la sociedad en la que vivimos, rodeados de cosas que no nos hacen felices y consumen nuestras vidas rodeados de incesantes dificultades, colocadas ahí, probablemente para que nos demos cuenta de que esa no es nuestra vida, de que no estamos asumiendo el compromiso con nuestro caballero verde.