Consciencia, sin etiquetas.mi decision de no comer carne.

   Los sábados son días un poco aburridos en el trabajo, así que aprovecho para "romperle la cabeza" ( incordiar... ) a la gente con mis paranoias, inquietudes y demás, buscando una entretenida y enriquecedora discusión, en la que yo normalmente termino aprendiendo algo y ellos con una pequeña duda razonable, o al menos, a eso aspiro.... De todo ellos hubo uno que tuvo especial relevancia en mi vida, una de esas conversaciones que al principio no pretendía trascendencia alguna, acabó modificando seriamente mi interacción con el mundo que me rodea. Os cuento.

    Llamaremos Alberto a este cliente, que no se si prefiere mantener el anonimato, pero que por si acaso respeto, y que apareció tan tranquilo a tomarse un café ( los hechos no son absolutamente fieles para proteger la citada identidad...) y no, no es un mafioso, que yo sepa, para que le proteja tanto.
     Alberto es un cazador , hijo y hermano de cazador y es probable que hasta su abuelo lo haya sido también. Un hombre que ha crecido en un ambiente en el que las armas y el monte están a la orden del día y del que se espera, quizás un hijo cazador.
     El socorrido comentario acerca del tiempo dio paso a una animada conversación sobre  los daños que están causando los lobos en la comarca, lobos a los cuales defiendo en casi cualquier circunstancia, como si tuviera algún lazo con ellos, a pesar de no ser un Stark, que yo sepa. La conversación acaba "inevitablemente" en una intensa discusión acerca de la humanidad de los cazadores, su contribución al medio  y demás, una charla de bar, acalorada y basada en clichés, que normalmente acaba sin " sangre", de los lobos pasamos a los toros, tocamos el tema de los safaris y comparamos el tétrico "deporte" de la caza con la producción de carne en masa. Muchos puntos, mucho calor y una batalla que yo ya veía ganada ( con el apoyo de Yanet ), hasta que Alberto soltó su arma final, una frase que hizo que todas las defensas y ataques que había lanzado con anterioridad se derrumbaran de una vez:

      " Cuando los que defendéis los derechos de los animales dejéis de coméroslos, podemos hablar. Bien que os apuntáis al churrasquito a la mínima de cambio..."

De repente todos aquellos principios que tanto había proclamado se derrumbaron, o al menos una buena parte de ellos. Mi defensa de los seres vivos se había basado en un solo frente, el trato de iguales y el respeto mutuo, pero en un instante aquella postura estaba haciendo agua por todas partes. Era rotundamente cierto, a pesar de no comer apenas carne en el día a día, si consumía pollo, pescado y derivados cárnicos con asiduidad, era conocedor de las pésimas condiciones de cría y de vida de los animales de los que me alimentaba. Alberto, ese tipo al que consideraba una bestia inmunda por matar sin razón no era muy diferente de mi, es mas, en cierto modo incluso es mas consciente que yo...
    Un poco abrumado me retiré de la conversación, algo inusual que casi me impide el honor, y me pasé el día pensativo y un tanto cabizbajo. Un pequeño resorte había saltado en mi interior, un nuevo sentido de la vida a punto de cumplir los cuarenta se asomaba mas allá de lo que ningún otro "objetivo" planteado antes había hecho, algo que de alguna forma reconfortaba mi espíritu, algo, señores muy difícil de lograr, o al menos yo no lo consigo todos los días...
    Hasta ese momento había vivido en un limbo, como ese niño que piensa que la leche viene del supe, que no conoce la vaca, a pesar de haberme criado entre ellas. Cuando uno se hace consciente de esa realidad comprende un montón de cosas, entre ellas, ciertas afirmaciones de algunos colectivos como los veganos o los vegetarianos, gente a la que antes respetaba pero a la que veía como colectivos un tanto radicales, gente que llevaba su forma de vida como bandera o seguidores de una especie de moda... y que no me atraían ni habían conseguido convencerme de nada. Recuerdo que no hacia mucho alguien me había recomendado ver algún vídeo de Gary Yourofosky  y que no me había interesado, sin embargo ahora, a pesar de no compartir formas, si me siento capaz de entender sus principios.
 
 LA EDUCACIÓN.

    Desde niños se nos educa o enseña en todos los aspectos de nuestras vidas, dependiendo claro está de la parte del mundo donde te toque nacer. La cultura define como nos vamos  a comportar a grandes rasgos el resto de nuestra vida en todos los aspectos de ella y no será de la misma manera en China que en Alaska, o en el Amazonas. De ella dependen nuestras creencias, nuestra relación con el medio y con las demás criaturas que lo habitan, sean humanos o no. Y por supuesto, la alimentación es algo que va unida a ella, algo aprendido. Definir en que momento de la historia los seres humanos comenzaron a alimentarse de carne es una tarea que me temo que esta fuera de mi alcance, además de ser una cuestión, la histórica,  llena de controversias y teorías no demasiado convincentes.
     Una de las convicciones mas populares en las que se nos ha educado es que somos primates, primos tal vez de los chimpancés y de los gorilas, lo cual a titulo personal no me causa ninguna molestia, es más, diría que algunas especies son incluso mas "civilizadas" que nosotros, pero esta cuestión plantea otra idem... si somos tan parecidos ¿ por que nosotros comemos tanta carne? Se nos califica de onmivoros, como los osos y los mapaches, pero no somos parientes... y no me veo cualificado por la naturaleza para andar cazando venados con mis garras, y tampoco veo uno y me apetece incarle el diente, la verdad.
 
LA SOCIEDAD.

   Algunas de las dudas mas comunes que nos planteamos los seres humanos son del tipo espiritual y cada vez esta mas claro que el modo de vida que llevamos nos hace enfermar, aparte de desconectarnos del mundo real y hacernos vivir al margen de aquello que realmente nos da la vida. Las personas buscamos placeres en experiencias prefabricadas, en alimentos prefrabricados y tenemos expectativas que nos llenan de frustraciones, de malestares, mochilas cargadas de prejuicios y de vivencias, de preocupaciones por cosas que no han ocurrido y que probablemente no vayan a ocurrir, una vida aséptica y en lata, abejas de edificios a las que mancharse con la tierra que les da el alimento les provoca repulsión. Y tristes violentos, o alegres violentos, que no se que es peor...
    Paradigmas establecidos por las religiones, la moral, la justicia y el dinero, sin tener en cuenta a las personas. Si mi mundo es este...como no voy a ser un depredador? Pero nuestro mundo no es este. Un depredador no siente pena por una presa, sacia su apetito y punto, como cuando te comes una manzana o u  plátano, no sentimos nada mas que el placer de saciar nuestro apetito. ¿ Has probado a comerte un pollito vivo? Oh! Que cruel....vamos a ser mas humanos, comámonos a una gallina adulta... repulsivo no?
    Es como si necesitáramos desvincularnos de la sangre, de la muerte, convertirlo en otra cosa para poder comérnoslo. Ahí nos ayuda la cocina y la industria, especialista en volver del revés aquello que es en esencia un ser vivo como nosotros, despojando de la sangre y la muerte y transformando en hamburguesas a seres vivos a los cuales ya no reconocemos. Cuanto menos se parecen a lo que fueron,  mas fácil nos será alimentarnos de ellos y hacer desparecer un dilema de mas en nuestras vidas. Todos estos factores son puramente filosóficos, una cuestión ética, algo muy personal, pero hay algunas cuestiones que no lo son tanto: la primera, los mercados. Si, puede parecer que comemos lo que queremos, pero no, no es asi...comemos lo que alguien nos dice que debemos comer. Fundamentalmente la OMS, pero en general, cualquier asociación de vendedores puede ejercer la fuerza suficiente para que un determinado producto se venda, como no, acompañado de una serie de estudios que demuestran su idoneidad para el consumo continuado, la necesidad en nuestra dieta y lo bueno del formato en el que se nos ofrece. Todo esto aderezado por el señor marketing, ese omnipresente caballero oscuro que transforma nuestros deseos en necesidades, nuestras miradas en deseos y que un producto envuelto en trozo de plástico del que no se ve nada sea el bocado mas apetecible que podamos imaginar. Todo esto no es banal, pues nuestra primera capacidad de decisión queda anulada de forma automática y condicionada a poder ver ( si ves bien...) la parte negativa en una letra tan pequeña e incomprensible que es eso, imposible de ver.
    Ya no hay una asociación entre el producto y su origen, y si la hay, no es real. Imaginemos una lata de paté cln la imagen del pobre pato muriéndose mientras le deforman el hígado con un tubo en la garganta.... es probable que no te la compres, así que mejor ponemos un pato feliz, o mejor, olvidemonos del pato y pongamos una granja....mmm, no, mira, mejor el plato ya servido y nos evitamos asociaciones incómodas. Si, esto sucede, es el modus operandi en nuestra sociedad y hemos decidido no mirar. Así que ya podemos comer sin percibir el dolor y el coste, solo percibimos el precio y la imagen, la vida en tonos rosas, blancos y azul clarito, nada de sangre, nada de dolor. Al menos, mi querido Alberto si era consciente de estar arrebatando una vida.
      Ya me he enrrollado bastante, verdad? Pero ninguna de estas cuestiones aparece ante una naranja, o una lechuga, no hay asco, ni imágenes falsas, ni sangre, ni camuflaje, piensatelo,¿ por que?

NO TODO ES BLANCO O NEGRO.

Ni gris. Es poco probable que nuestra sobrepoblada civilización basada en el consumo de los recursos naturales se sobreponga a todo esto, pero al menos todos los que poblamos este planeta y convivimos con las demás especies deberíamos plantearnos estas cuestiones, mirar adentro y conectar con la tierra, con el planeta, pero como iguales, no desde arriba, aprender a valorar lo que nos ofrece la tierra, el coste que tiene, como lo usamos, que estamos haciendo con el mundo y con las generaciones que vienen, por que nuestras vidas son tan importantes y las de otros no, que nos coloca por encima en esa " cadena " de la que nos hablan y dudar. Cuando comemos debemos saber que es lo que comemos, si lo necesitamos, que nos aporta y en que nos perjudica, ser conscientes de que mente, cuerpo y espirito están unidos y se nutren, se retroalimentan. No trato con esta entrada de que dejes de comer carne, solo de que dudes, de que te informes, de que seas consciente de tus actos. No se trata de radicalizar un comportamiento, se trata de conocer, de sentirse bien contigo mismo y de saber diferenciar entre alimentación y nutrición, términos mezclados y confundidos que a veces nos llevan a rechazar alimentos saludables y perfectamente sostenibles en favor de modas o alimentos que ni merecen llevar ese apelativo, de que cuestiones tu modo de vida, la forma en que interaccionas con el mundo que te rodea con la única condición de un término tantas veces infravalorado: el respeto. No se trata pues de llevar una etiqueta de moda, no hay que ser nada mas que uno mismo, pero consciente, acto que se podría extrapolar a otras cuestiones de nuestras vidas, como la marginación social, las guerras, etc, cuestiones, como la de la alimentación, de las que hablamos alegremente, juzgamos y actuamos como si fuésemos partícipes de la justicia divina, como si tuviéramos todos los datos y administráramos sabiduría a manos llenas, cuando no sabemos, ni siquiera podemos imaginarnos lo tristes y duras que son las cosas para muchísimas personas e este planeta, al cual se le explota para que unos pocos que han tenido la suerte de nacer en el lugar apropiado tengan de todo en exceso y otros ni agua para beber.
     Y claro, como no, la cuestión histórica, lo que hemos hecho siempre, esos datos que dicen tantas cosas acerca de nuestro pasado, tantas y tantas teorías, tantos hallazgos y tantas interpretaciones casi no dejan duda de que siempre hemos cazado y consumido carne, cuestiones, las históricas que no dudamos en poner en duda cuando se trata de política, fronteras, ritos, etc, pero que en otras aceptamos sin dudar, pudiendo también aquí, encontrar un espacio para la duda, para otras interpretaciones.

NO, NO SOY UN SANTO....

 Plantear cuestiones " ruidosas " tiene como contrapartida que en lugar de mirar dentro de uno mismo e investigar, solemos tomarla con quien nos ha generado el ruido, o al menos eso es lo que pasa cuando le planteo estas cuestiones a algún amigo o conocido. A mi modo de ver, de ese debate debería salir una opinión constructiva, se supone que el ser humano es inteligente, busca soluciones y estas se ven facilitadas por el grupo, mas mentes pensando en un objetivo mejor, mas elevado. En cambio, la mayor parte de las veces lo que encuentro es un cuestionamiento sin ninguna base, como si la gente tuviera miedo de apartar esa cortina y ver lo que hay al otro lado, les es mas sencillo cuestionar mi persona, mis actos, como si de un trastornado que dice haber vuelto a la edad de piedra se tratase. Y no es así. Si me he forjado una opinión, ha sido sin duda por el hecho de vivir en la sociedad de la información, ha sido un aprendizaje, no una iluminación, por lo que cualquiera puede hacerlo. Y el camino solo acaba de empezar, pues vivir según tus principios lleva a una ruptura lenta y no demasiado facil con aquello que es y ha sido hasta ahora tu modo de vida, pudiendo ser que las decisiones que tomes no vayan mas allá del ámbito personal, pero siendo consciente de que si cada uno de nosotros lo hiciera de la ,misma manera, es probable que el mundo en el que vivimos tuviera otros matices, quizás mas acordes con nuestra especie, quizás mas elevados moralmente y mas respetuosos con el planeta.

    Hace unos días, un cliente me comentaba una cosa curiosa: su hijo de siete años no quiere comer carne, le dice a su papa que los animales no se comen...  Ha pensado por si mismo, en una familia normal, sin influencias de ningún entorno etiquetado, no sabe de vitaminas ni minerales, ni de proteínas o grasas, solo que eso no se come... interesante, verdad? Y un acto muy grande. Si has llegado a leer hasta aquí, dedica, por favor, solo un rato mas a reflexionar sobre ello. Eso es lo que he hecho yo y lo que acabas de leer, y estarìa encantado de compartir opiniones. Saludos a todos!

 


 
 

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