Bienvenidos a zombieland.

Supongo que resistirme a hablar de la pandemia, covid ( que mi corrector rápidamente ya sustituido por cocido...) o coronavirus era una tarea titánica, pero bueno, hasta aquí he llegado, que no está mal...

Y no estoy sentado tras el ordenador lamentándome por la dirección catastrófica que lleva todo al mi alrededor desde el inicio de todo esto, sino que en cierto modo me siento un poco contrariado por la sensación de desesperación que se percibe por todas partes.

Ya no se pueden tener conversaciones filosóficas, no se puede emprender y en algunos casos hasta te miran raro si no te muestras " un poco jodido ". La pandemia, aunque no nos afecte nos afecta, nos " tiene que afectar " de una forma u otra, así que se bienvenido a esa espiral sin límite, ese repetitivo remolino que lo traga todo, aunque no se trage nada y si a la vez,  bienvenidos a zombieland, donde el coronavirus es el rey y todos lo veneramos, los que lo niegan, los que lo creen, los que en cada momento del día le mencionamos y hacemos esta bola más grande. 

Bienvenidos a la queja constante, a la repetición de los datos, al victimismo compartido en las RR.SS, al dolor publicado como nunca antes en el recuerdo de la mayor parte de nosotros.

Bienvenidos a la policía ciudadana, al vigilante desde la ventana, a la culpabilidad, a la imprudencia, al juicio rápido, a la moralidad de los gobernantes, esa que no atesoraban hace un tiempo y que ahora derraman sobre nosotros, ellos tienen la verdad.

Bienvenidos a la TV, a los medios de comunicación que repiten una y otra vez aquello que si no has visto, necesitas ver.

Quizás cuando te canses de tanto zombieland puedas llegar a casa, darte una ducha caliente, sentir el calor de los labios de tu pareja, el tacto de la piel de tu hija, oler la lluvia, ver el atardecer, comer algo que te guste, ver a los pájaros y escucharlos, quizás si apagas la tele, si dibujas en un folio, si lees un libro antiguo, quizás si das un paseo tu solo, si acaricias a tu gato, si ayudas a un amigo, si estás  aquí y ahora en lugar de estar en zombieland, quizás veas que hay vida más allá del coronavirus....y que siempre estuvo ahí.