De cobras, culebras y vivoras.

Con la subida de las temperaturas y la explosión de vida que nos trae la primavera, es mas habitual que nos encontremos con un mayor número de animales que en la época invernal. Dada su condición de animales de sangre fría, los reptiles aprovechan ahora para realizar una vida "social" mas intensa: alimentarse, reproducirse y ver mundo.
     Por suerte para nosotros, por estos lares no habitan especies de serpientes capaces de matar con su mordedura, ( aunque  pero por desgracia para ellas, si habitan un montón de de bipedos capaces de matarlas... Y es que, según información que circula por la web, unas 1.500 o 2.000 personas son mordidas por vivoras en nuestro país cada año, de las que mueren unas 3 o 5, y también según el mismo artículo, eso es la mitad de las que se mueren por alergia a las picaduras de avispas y abejas...
 
   Aunque estamos hablando de animales tremendamente esquivos, nada agresivos y que optan por escaparse antes que enfrentarse a nosotros, en la cultura popular perdura la "costumbre" de matarlos por sistema. En la Galicia rural se las conoce como "cobras", probablemente una galleguización de la palabra culebra, pues están muy lejos de las autenticas cobras que todos conocemos. El caso es que en estas fechas son  "trending topic" en la prensa las noticias de apariciones de ofidios en lugares públicos, las últimas en una playa en la provincia de Coruña ( con mordedura  incluida... ), una en una fuente pública en la vecina localidad de Viveiro y otras en un colegio en la también cercana población  de Foz.
  Sin ánimo de polemizar, los que vivimos por estos lares, llenos de charcas, monte, rocas, ríos, juncales y demás hábitats para estos animales, no me explico de que nos asustamos, pues llevamos toda la vida compartiendo espacios con estos seres. Puede que pensemos que podemos destruir sus hogares para construir los nuestros, pero no nos creamos con derechos que no tenemos, ellos estaban ahi antes que nosotros, asi que debemos como poco, respeto. Esa finca en el campo, ese colegio al borde de la ría, esas instalaciones deportivas cerca del riachuelo, muy bonito si, y también lleno de vida. ¿A que viene que de repente se cree una alarma social a causa de estas apariciones? A la prensa, a la desconexión cada vez mas grande con el entorno,  a la ausencia de cultura y a la educación en el miedo en lugar del conocimiento. Pocos saben identificar a las especies autóctonas, pocos las respetan y menos las protegen, vamos hacia una sociedad aséptica, de niños miedosos y desconocedores de lo que probablemente tienen bajo sus pies. Vivimos en Galicia, donde por suerte la vida crece y se desarrolla en cada esquina, donde nosotros nacimos y convivimos con estas y otras muchas criaturas, donde las grietas del hormigón deben ser vigiladas para que no te crezca un árbol y no debemos extrañarnos y si alegrarnos, pues la vida, lejos de sobrar, es algo mágico que necesitamos entender y respetar.


   Enseñemos a nuestros hijos, a nuestros amigos, a los foráneos, a los que no saben, que este es nuestro patrimonio, nuestra compañia, y que la magia de la vida debe ser respetada tenga la forma que tenga, repte, trepe, vuele, no somos una tierra de hormigón.

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