El monte Castelo, rey del valle del Landro.

    Si hay algo que nos acompaña en una visita a Viveiro, es sin duda la imagen de fondo del monte Castelo. Por cualquiera de los accesos a la villa, siempre le tendremos presente, aunque no siempre sea de forma consciente. De hecho, me atrevería a decir que es el gran desconocido para muchas personas de los pueblos colindantes a pesar de contar con mas que sobrados argumentos para su visita o disfrute habitual.




    Una de las cosas que mas llama la atención es la caprichosa formación y colocación de las rocas. Está plagado de grandes peñascos de diversas formas, predominando los redondeados, apoyados a veces de forma que desafían la gravedad y que sorprenden al caminante durante toda la ruta. Otra gran sorpresa es la vista del valle del Landro, preciosa y gratificante después del ascenso a la cumbre, junto a la capilla en honor a San Martin, rodeada de rocas. En ellas  el agua de lluvia se acumula el  hoyos naturales y le es atribuida la propiedad de curar males de ojos y oídos.
    Una gran cruz preside la cima y otras catorce forman el via cruzis de más de un kilómetro que nos lleva en línea recta hasta la capilla desde el primer mirador que nos encontramos, este un poco mas abandonado desde hace unos años, quizás por haberle concedido mas protagonismo al situado mas arriba.
     

                                           

Los accesos, como el la mayoría de las sendas de este precioso municipio ( a pesar de tener cierto peso para el turismo), no están lo suficientemente señalizadas, ni para su acceso en coche, ni para hacerlo a pie, lo cual, como todo, tiene sus pros y sus contras. Los pros... pues que poca gente va allí a pintarrajear, a tirar basura y demás, quedando el monte libre de este tipo de irresponsables. Por contra, muchos aficionados al senderismo, ciclismo o carrera de montaña, o simplemente cualquier respetuoso paseante, encontrará poca información sobre el recorrido y la dificultad del trayecto. Este, permite el acceso por dos rutas principales, una ( la única recomendable para acceder con un turismo) desde la carretera Viveiro-Lugo, la N-634, a la altura de la Arredoada, poco después del taller de coches y en el otro margen de la vía. La otra parte desde Galdo, mas recomendable para hacerla caminando, o en todo caso con un vehículo todoterreno. Existen mas accesos a la montaña, claro está, pero para los primerizos y para mejor localización, os recomiendo estas. Si os decidís a caminar, que sepáis que es un trayecto fácil, con su lógico desnivel y sus repechos, pero al alcance de cualquiera con un mínimo de acondicionamiento.                                                                  Pues ya sabéis, aquí tenéis un buen sitio para un montón de cosas que se os ocurran, con sus leyendas, su romanticismo, sus piedras y sus caminos, con sus fantásticas vistas. El rey del valle del  Landro.

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